Ismael un ex soldado quien pasó toda su juventud en la
fuerza armada y ahora brinda su historia sobre los momentos que marcaron su
vida.
Por: Stanley Orellana
A los 15 años de edad fue reclutado para formar parte de
ejército, desde ahí su vida tomó un rumbo diferente, pues sus sueños de ser
doctor se truncaron y llegaron a su final, los primeros años de soldado lloraba
por la soledad y el no poder ver a su familia, solo quería irse y nunca volver
a ese lugar, desde los 17 años su mente fue minada por hechos que hacen
desmayar a cualquiera.
También las largas noches de desvelos fueron pesadas y
constantes, horas sin poder dormir además el estar alerta por si el enemigo se
acerba o los intentaba atacar, “fue una etapa dura para mi vida, pues aún era
un niño”, sin saber si iba a regresar a casa.
Por el otro lado mi consuelo, mi amigo y mi única
compañía fue el cigarro que cada hora era el momento de fumar, las cinco de la
tarde era el tiempo perfecto pues el humo saliendo del tabaco me recordaba el
fuego que atizaba mi madre en aquella casa de barro que era mi hogar también el
sonar de esas rancheras que alegraban a toda la colonia, esa época quedó en el
pasado y quizá nunca más volverá.
Además los malos pensamientos pasaron por mi mente, ver
detenidamente el fusil y las balas para decir que esa era la solución a todos
mis problemas, solo un disparo e iba a acabar con todo mi sufrimiento, pero
venía a mí el rostro de mi madre Margarita Juárez junto a su voz angelical que me decía “ánimos
usted va a salir y va a sobrevivir” fuero lo que me mantuvo con fuerzas.
Así mismo los cinco años han pasado lentamente las
desilusiones y muertes de mis compañeros fueron impactantes pero, esas tres
veces he visto a mi madre son mi aliento y mis ganas de salir vivo de esta
situación.
Luego de lo anterior Ulises Santos un compañero que
dentro de poco se iba a convertir en mi mejor amigo, con quien nos divertíamos
y que ahogamos todas las penas en el alcohol y en las drogas, su compañía era
inevitable y necesaria, nos llevábamos tan bien que lo llegue a llamar mi
hermano, expresó Ismael con una alegría y una emoción que salía un verdadero
sentimiento.
Para finalizar sus palabras fueron cesadas, sin
comentarios se levantó y se fue, Margarita expresó, es triste ver a mi hijo así
ya que desde ese día su vicio fue mucho peor.
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