sábado, 10 de junio de 2017

Sobreviviente de la guerra de El Salvador

Ismael un ex soldado quien pasó toda su juventud en la fuerza armada y ahora brinda su historia sobre los momentos que marcaron su vida.

Por: Stanley Orellana

A los 15 años de edad fue reclutado para formar parte de ejército, desde ahí su vida tomó un rumbo diferente, pues sus sueños de ser doctor se truncaron y llegaron a su final, los primeros años de soldado lloraba por la soledad y el no poder ver a su familia, solo quería irse y nunca volver a ese lugar, desde los 17 años su mente fue minada por hechos que hacen desmayar a cualquiera.

También las largas noches de desvelos fueron pesadas y constantes, horas sin poder dormir además el estar alerta por si el enemigo se acerba o los intentaba atacar, “fue una etapa dura para mi vida, pues aún era un niño”, sin saber si iba a regresar a casa.

Por el otro lado mi consuelo, mi amigo y mi única compañía fue el cigarro que cada hora era el momento de fumar, las cinco de la tarde era el tiempo perfecto pues el humo saliendo del tabaco me recordaba el fuego que atizaba mi madre en aquella casa de barro que era mi hogar también el sonar de esas rancheras que alegraban a toda la colonia, esa época quedó en el pasado y quizá nunca más volverá.

Además los malos pensamientos pasaron por mi mente, ver detenidamente el fusil y las balas para decir que esa era la solución a todos mis problemas, solo un disparo e iba a acabar con todo mi sufrimiento, pero venía a mí el rostro de mi madre Margarita Juárez  junto a su voz angelical que me decía “ánimos usted va a salir y va a sobrevivir” fuero lo que me mantuvo con fuerzas.

Así mismo los cinco años han pasado lentamente las desilusiones y muertes de mis compañeros fueron impactantes pero, esas tres veces he visto a mi madre son mi aliento y mis ganas de salir vivo de esta situación.

Luego de lo anterior Ulises Santos un compañero que dentro de poco se iba a convertir en mi mejor amigo, con quien nos divertíamos y que ahogamos todas las penas en el alcohol y en las drogas, su compañía era inevitable y necesaria, nos llevábamos tan bien que lo llegue a llamar mi hermano, expresó Ismael con una alegría y una emoción que salía un verdadero sentimiento.

Seguidamente el primero de abril fue el día más trágico de mi vida, un enfrentamiento con los guerrilleros que comenzó  a eso de las nueve de la mañana el cual iba a terminar en algo terrible, eran las dos de la tarde nos fuimos con Ulises y otros compañeros más a realizar un ataque, sin saber que una emboscada estaba planeada “salimos corriendo por temor a perder la vida, llegamos al campamento pero faltaban seis compañeros, entre ellos mi mejor amigo, mi compañero” comentó con una voz suave, sus ojos fueron testigos del dolor que estaba pasando.

Para finalizar sus palabras fueron cesadas, sin comentarios se levantó y se fue, Margarita expresó, es triste ver a mi hijo así ya que desde ese día su vicio fue mucho peor.  

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